La Rehabilitación de edificios no es una decisión que se toma solo para complacer a los buenos gustos, ni para cuidar de la apariencia de una estructura. Este tema involucra varias consideraciones de tipo legal, que lo convierten en un requisito fundamental para mejorar la calidad de vida, garantizar la seguridad de los habitantes y evitar accidentes en las vías públicas.
Una de las normas más importantes que regulan este sector es la Ley 8/2013, de 26 de junio, que se refiere a la Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, a través de la cual se busca fomentar la conservación tanto de los edificios, como de los entornos, vinculada a dos factores: la accesibilidad y la eficiencia energética.
Además de lo anterior, esta ley establece los parámetros para la aplicación de ciertos mecanismos técnicos que involucran varios procesos que van desde la rehabilitación de un edificio, hasta la reparación de tejidos urbanos existentes y la reurbanización de áreas de gran dimensión dentro de las diferentes ciudades.
A través de estos trabajos, se pretende impulsar la competitividad, la sostenibilidad y la calidad de las edificaciones y los suelos. Asimismo, se intenta acercar cada vez más al marco normativo que se ha establecido en Europa, especialmente, sobre los asuntos relacionados con la eficiencia energética y ahorro.
Bajo este contexto, las modificaciones que se ejecutaron a la ley obliga a que los edificios que superen los 50 años de haber sido construido, que ya alcanza los tres millones en todo el país, deban someterse a una rehabilitación y tienen que ser estudiados con el nuevo sistema de inspección de edificios.
Indudablemente, la rehabilitación de edificios es un paso hacia el bienestar común, la protección de la comunidad y una mejor calidad de vida. Por estas razones, es fundamental buscar una empresa capaz de ofrecer tales servicios.