La disponibilidad del fluido vital en el planeta es cada vez menor y, por otro lado, la generación de efluentes contaminados aumenta compulsivamente; constituyendo, sin duda, un fuerte motivo de angustia para las naciones. Esta combinación de elementos hace imperativo recurrir a los procesos de tratamiento de las aguas residuales industriales (industrial wastewater treatment process) y domésticas, existentes, a fin de poder reutilizar el precioso líquido.
Las aguas residuales requieren procedimientos especializados de carácter físico, químico y biológico, antes de ser vertidas nuevamente a sus cauces naturales. Esto es debido a dos razones de primordial importancia:
La primera es proteger a las personas (salud pública) y al medio ambiente, incluyendo a la flora y la fauna. Cuando esto no se hace y los contaminantes se vierten indiscriminadamente a los reservorios naturales (ríos, lagos y mares) se generan:
- Daños tremendos al ecosistema.
- Enfermedades peligrosas a la población que utiliza ese recurso. Las mismas son provocadas por los microorganismos presentes, entre ellos virus y bacterias.
- Impactos estéticos que además tienen grandes implicaciones económicas y que no pueden ser ignorados.
La segunda viene dada por la posibilidad de emplear los líquidos tratados, gracias a estos procesos, para ciertos fines; permitiendo aumentar significativamente el aprovechamiento y rendimiento del agua pura. Lo que sucede es que, ciertas actividades que se realizan con dicho fluido no exigen que esté esterilizado.
De ese modo, sin riesgo alguno a la salud de la gente y en ausencia de efectos odoríferos desagradables, es posible la reutilización del fluido procesado para:
- Riego de las zonas verdes de la ciudad: parques, jardines, glorietas, centros de recreación, campos deportivos, fuentes ornamentales, etc.
- Servicios agrícolas: riego de sembradíos; en especial, aquellos dedicados a cultivos florales.
- Usos fabriles y de servicios: limpieza de áreas industriales, lavado de coches, sanitarios, calderas, rehervidores e intercambiadores de calor, cortinas líquidas, etc.
Las nuevas tecnologías permiten que la recuperación sea progresivamente más sofisticada y eficiente. De esta manera, se construyen plantas con diversas etapas añadidas o en las que son empleados productos químicos mejorados. Todo en vía de favorecer que los efluentes estén casi al nivel del agua potable.