Hasta hace poco veía con escepticismo los mensajes publicitarios de las grandes empresas dedicadas al suministro de agua en España, como AguaEdén. Creía que se trataba de maniobras para convencer al público de asuntos como comodidad, seguridad y ahorro; pero un accidente doméstico permitió que constatara lo necesario de tener en nuestras casas una fuente, sobre todo cuando tenemos niños.
Afortunadamente el incidente no fue grave, pero pudo haber traído consecuencias terribles si no hubiera sido porque estaba cerca de la cocina y pude reaccionar. Mi hijo de 10 años, quiso tomar agua y trató de manipular la botella de 10 litros que reposaba sobre un mueble. Su idea era llenar un vaso de vidrio. No sabía que no soportaría el peso, así que todo cayó al suelo.
En su intento por evitar que la botella cayera, soltó el vaso en un acto reflejo y éste se quebró a sus pies. Su fuerza no fue suficiente para controlar el contenedor de agua y se le vino encima. Su grito de alarma hizo que yo corriera de la habitación hasta la cocina, donde había una enorme laguna y él trataba de incorporarse tras haber caído.
Mi susto fue mayúsculo. En esa oportunidad no hubo nada qué lamentar, ya que mi hijo solo sufrió un mal golpe, pero repito: pudo haber sido peor. Para evitar que se repitiera este episodio, investigué cuáles empresas distribuidoras de agua ofrecían fuentes de filtración, y adquirí una.
De inmediato descubrí que la seguridad, es un elemento que debes buscar sin importar el coste, sobre todo cuando se trata de tus hijos. Aunque para los adultos también resulta beneficioso, ya que no tenemos que estar haciendo grandes esfuerzos cada vez que necesitamos llenar un vaso o una pequeña botella de agua.
